LOS “OCHO TRIGRAMAS” (I): LA RAÍZ.

Los “Ocho Trigramas” (Bāguà /八卦) no sólo son un conjunto de imágenes o diagramas que normalmente suelen ser relacionados con el “mundo de la predicción”, a pesar de que el “Libro de los Cambios” (I Ching /易經) verse en general sobre ello. 
Pero en medio de este interesante y precioso mundo, que se encuentra “a caballo” entre la filosofía, religión y tradiciones orientales, no es nada más que algunas pinceladas para, a la hora de entender los conceptos que se nos transmiten a través de las artes marciales o de salud, podamos disponer a una imagen o idea al respecto. Y en este sentido, conocer el origen y significado de los trigramas, puede resultarnos no sólo interesante, sino necesario, sobre todo si nuestra meta es llegar a la interiorización y comprensión de todo aquello que practicamos o entrenamos. El “Libro de los Cambios” y el “Tao te ching” Son dos grandes obras que forman parte de los “Cinco Clásicos” y que suponen ser las fuentes que nos aportan muchos de los datos a desarrollar en el presente artículo.

“…al principio de los tiempos sólo existía el Tao”.

Entonces, para desarrollar que son esos símbolos, cómo se forman y que significado se les atribuyen, haremos un recorrido desde esa base filosófica del “Tao o   /道” partiendo de una de sus primeras premisas:

“El Tao que puede ser expresado no es el Tao Absoluto…
…lo eternamente real es innombrable.
El nombre es el origen de todas las cosas particulares”.

La Naturaleza es quien puede revelarnos la presencia del “Tao” y sólo a través de ella podemos de ser capaces de apreciar las acciones del “Tao”. Misterio y manifestaciones brotan de una misma fuente a que se le llama “oscuridad”, y es en esa oscuridad donde se halla la puerta a toda comprensión.

En los artículos sobre las “triadas” se profundiza sobre la creación del Universo conocido. En resumen, decir que cuando el “Tao” siente la necesidad de crear el Universo hizo surgir el “Taiyi, 太易” que fue el primer germen de la creación y que llevó básicamente hasta la “dualidad” (Nigen, 二元) en potencia, lo cual supuso ser la base de todos los fenómenos que se suceden a partir de ese momento.

“El Tao permanece oculto, pero está siempre presente.
No sé quién le dio nacimiento. Es más anciano que Dios”.

Pero para que el Universo se pueda manifestar y poder reflejar su unidad, “Taiyi” tendrá que evolucionar para trocarse en una bipolaridad que será llamada “Taiki o Taiji” (太極) o el “principio en lo manifiesto”. Estos dos polos de signo contrario, que forman ese “gran todo o Tai-i” (太一) que es nuestro mundo, van a suponer el fundamento de los “Dos principios por excelencia”: el del Yin y el del Yang. Estamos en los momentos previos al “nacimiento”, todavía en un mundo de “no-materia y de no-espacio”, pero donde las acciones de estos dos polos empezarán a generar… el “movimiento”.

“El Tao es como un fuelle:
Está vacío y, sin embargo, es infinitamente capaz”.

Yin-Yang” son aquellos extremos que se acoplan y se oponen, se equilibran y desequilibran, las dos fuerzas necesarias y con distintas polaridades necesarias para la generación de todo “movimiento” y este movimiento, dará lugar a la evolución de “Taiyi” al “Taiji” que se traduce como la “Gran Polaridad” y que no es otra cosa que el momento justo del “nacimiento” del Universo tal como lo conocemos: un mundo de espacio, de tiempo y de materia. 
Según algunas fuentes, el “Big Bang” es una forma o manera de un “Taiji occidentalizado”.

“Al Tao se le llama la Gran Madre.
Vacío pero inagotable. Da nacimiento a infinidad de mundos”.
 
Este primer paso de la creación del Universo material supone la separación del “Cielo, 天Tiān, Ten” (Yang) y de la “Tierra, 地 De, Chi” (Yin) y aparecen el primer conjunto de diagramas básicos de todo lo que está por acontecer entendiendo como “Cielo Anterior”  y que recoge todo lo acontecido hasta esa “Gran Polaridad”. 
Al “Diagrama de Fu Xi” también se le denomina “Diagrama del Cielo Anterior” , “Bāguà” (8 Trigramas, 八卦), o también los “Ocho ordenamientos básicos”, donde cada trigrama representa una posible forma en que puede combinarse el “Sāncái” (Tres Talentos”, 三才) respondiendo a un elemento simbólico y a unas cualidades.

En el “Libro de los Cambios”, en ocasiones también podemos encontrar denominado “Zhōuyì, 周易”, se habla en uno de sus capítulos más interesantes sobre el tratado del “Sāncái zhī dào” o el “Camino de las Tres Habilidades” donde se desarrolla la triada de “Sāncái, 三才” (Tres Talentos o Tres Poderes) relacionando cada uno de esos poderes (Cielo, Tierra, Ser humano) con su correspondiente camino evolutivo, a saber:  “Tiāndào” o “camino del Cielo” con el Yin-Yang; “Dìdào” o “camino de la Tierra” con lo referido a lo “duro y lo blando”; y “Réndào” o “camino de la Humanidad” con la “Benevolencia y Rectitud” que supone ser la “virtud humana”.

Uno de aquellos antiguos sabios dejó escrito que “uno que conociera bien a estos Tres Talentos o Poderes, sería una persona completa”. Pues bien, a cada uno de esos “Tres Poderes” le corresponde comenzando por la parte de abajo o “suelo” y siguiendo hacia arriba un “diagrama o línea” de las tres que forman cada “trigrama”, a saber: Tierra (lo que está abajo), Seres (lo que está en medio) y Cielo (lo que está arriba). Cada una de estas “líneas” recibe el nombre de “Yao, 爻”.

1. LA RAÍZ: 根 “Gēn / Ne”… LA GRAN POLARIDAD, 太極 “Tàijí / Taikyoku”.
 
Los “trigramas” nos dan una situación que nos traslada hacia la comprensión de “ser uno inherente con la naturaleza” (Běnxìng, 本性), que debería ser el carácter original del ser humano, o de un sitio o lugar y, lo que le resultaría el ser capaz de adquirir ventaja de todo lo que es deseable (Ji, 吉) y de evitar lo que no lo es, lo indeseable (Xiōng, 凶)… naturalmente, todo esto sin destruir el contexto natural (Ziran o Shizen, 自然) o al mismo tiempo, dañarnos “así mismos” (Zìjǐ, 自己).

Hexagramas”. A cada uno de esos “Tres Caminos” (del Cielo, de la Humanidad y de la Tierra) se le abrió de nuevo, se le volvió a abrazar, el “Sāncái” para duplicarlos: se forman los hexagramas. Así, el término “Sāncái” fue referido para nombrar las seis líneas en cualquiera de los hexagramas del “Yijing” o Libro de los Cambios. 
El “Sāncái zhī dào” (Camino de las Tres habilidades o poderes) pone su énfasis en la armonía y el equilibrio, donde el Cielo y la Tierra no son entidades separadas para el ser humano, sino que las tres forman un conjunto, como un flujo continuo de Qi (Ki, 氣) o mejor aún, como un “Campo  de Qi, donde los “Tres Talentos” interactúan y se afectan entre sí.

Los términos o ideogramas que se usan para nombrar tanto cada línea, como el conjunto de líneas que forman los distintos tipos de “diagramas” (mono-gramas, bi-gramas, tri-gramas, hexa-gramas…) causan al principio algo de confusión, sobre todo al tratar de traducirlos. A veces, un mismo símbolo se utiliza tanto para “cada línea” como para el “trigrama” o para el “hexagrama”. Otras, en cambio, para un mismo símbolo usan distintos términos o kanji. Hay que fijarse en los contextos generales. Trataremos de explicar estas matizaciones aparte, en “post” inmediatamente posteriores a cada artículo y dedicados al vocabulario que denominaremos “Palabras clave” o a través de la "serie dedicada a los trigramas".

Intentaremos desarrollar todo esto (trigramas) a partir de aquel momento que se entiende como “Taiji” o “Gran Polarización”, esto es, desde el surgir de un universo físico, material, con su espacio y con su tiempo: nuestro Universo tal como lo conocemos.

Tras esa “Singularidad” o “Taiji”, de ese principio de gran unidad (Tai-i o Taiki) que es el nuevo universo, resultan las dos fuerzas principales que son el “Yin-Yang”. Debió surgir, digamos la necesidad, de representarlos a través de unos signos o imágenes que tengan una forma más física o material. En el Libro de los Cambios se dice que el Bâguà  (Ocho trigramas) tiene dos símbolos: uno es “—” y el otro es “- -” que se empezaron a utilizar para describir o sustituirlas palabras “Yang” y “Yin” respectivamente, pero no se les otorgó una lectura o sonido diferentes. 

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