SEIKŌZAHŌ (I): MEDITACIÓN ACTIVA. 静功座法 (一番目)

“Seikô” se refiere a la meditación; el término “Za”, viene a referirse bien a una postura de arrodillado (Seiza o Anza) o también a una postura de las de “de pie”, además, perfectamente también se puede entender “Za” como la “base”; y en cuanto a “Hô” es el método o el sistema que se utiliza para esa determinada forma de meditación… 
es posible interpretarlo como dharma. Seikô, puede ser realizado con el uso de “mantra” por ejemplo: el “Nanbudo mitsu no chikara” o el “Nanbudo nanatsu no chikara”. 
(Yoshinao Nanbu)


Recordar que desde el hinduismo o el budismo, Dharma (Dāma, ダーマ) es el principio que ordena el universo, o la conducta de uno de conformidad con este principio. Mantra, por su parte, es como cualquier otro objeto de concentración, pueden ayudar a aquietar la mente. Cuando alguien recita un mantra, ya sea en voz alta o de manera interna, tiende a haber en él menos cháchara mental. Incluso, si al mismo tiempo que se canta o recita el mantra se tiene una corriente paralela de discurso interno, el canto crea un mayor sentido de continuidad que se desarrollará con la práctica. Se dice que la palabra mantra significa “lo que protege a la mente”.
瞑想 MEISŌ. MEDITACIÓN.

Hasta ahora se venía pensando que la meditación era algo reducido a ciertos grupos o a determinadas personas, incluso que su práctica es aburrida, difícil o sólo accesible a cierta gente. En occidente, pensábamos que meditar es “reflexionar sobre una situación o sobre algo externo a nosotros y… con total participación de la mente”. Y esto no es así, con referencia al concepto oriental, más bien es todo lo contrario, y esta conceptualización oriental es la que más nos interesa a nosotros. 

Pero hemos de ser conscientes acerca de lo que es meditación primeramente y, de las distintas formas, clases, estilos o escuelas que existen para tratar de llegar a ese estado meditativo.

Meditar resulta una experiencia, en principio, fácil. Es sencilla y perfectamente adaptable a nuestra cultura occidental. Todos nosotros somos aptos para practicarla y todos podemos disfrutar de sus beneficios.
Meditar es encontrar ese lugar de nuestro interior, ese sitio de paz y silencio, experimentar un estado de consciencia que va de seguro, a transformar y dar un sentido nuevo a nuestras vidas: a encontrarnos a nosotros mismos.
“Meditar es atreverse a mirar allí donde lo desconocido guarda secretos sin nombre. La Meditación es el acto de posar la atención sobre si misma de forma ininterrumpida, de tal manera que la exposición de la realidad se manifieste bajo un trasfondo denominado “No-dualidad”. Meditación es aprender a ver el mundo sin colapsarlo y aprender a observarse sin colapsarse. Meditar es ver el mundo desde el “Presente”, desde el “Aquí y el Ahora”, desde lo que está aconteciendo. Es el arte de aquietar las fluctuaciones de la mente, es decir, de impedir que la mente adopte el historial que potencialmente posee de manera secuencial en cualquiera de sus innumerables condiciones” (Sesha).

Hoy es inevitable aseverar la importancia y profundidad de la tradición india, budista, taoísta, etc., que se sitúan en el hemisferio oriental. El Yoga, la Meditación, el Chi-Kung (Qi-Gong, o Kikô en japonés), las artes marciales y demás disciplinas son cada vez más conocidas y en mayor  profundidad en occidente.

La meditación es el compendio empírico que aglutina la esencia del pensamiento indio. Es la práctica que conlleva a la experiencia metafísica por excelencia, que implica la experiencia de lo Real, del Ser, tal como lo expresa nuestra filosofía occidental. Así, entonces, la meditación se convierte en el puente mediante el cual el ser humano transita desde su esfera individual a lo fundamental, a lo metafísico, a lo divino.

Existen varios esquemas prácticos y teóricos que la tradición nos presenta y que nos permiten indagar en la búsqueda de lo Real. El engranaje mental posee infinidad de movimientos que llevan a la creación de estereotipos psíquicos, que fueron tratados de clasificar en tres caminos diferentes, cada uno de ellos con sus respectivas consideraciones y que denominaron: meditación interior, meditación exterior y el camino de la devoción. Cada uno de estos caminos aporta elementos diversos en los cuales la búsqueda de lo Real implementa caminos separados que llevan a una misma meta final: el encuentro con lo Real.

Tres cosas son esenciales en la meditación: Relajación, alcanzar un estado relajado y no luchar contra la mente, no hay que tratar de controlarla; Observación, observar sin interferir y con una atención relajada, todo lo que ocurra, “sólo observar la mente”, silenciosamente…; No-juicio, no debe hacerse durante el proceso cuando se medita tipo alguno de juicio, evaluación o “etiquetado”.
Así, poco a poco, un gran silencio desciende sobre uno: todo movimiento en tu interior cesa. Eres, pero no hay sensación de “yo soy”; solo espacio puro.

内部瞑想 NAIBU MEISŌ. MEDITACIÓN INTERNA.
Meditación Interior (Interna, del Sujeto). Existe el género humano reflexivo, aquel que vive mayormente en su interioridad, buscando con ello comprender la naturaleza esencial de todas las cosas. Los procesos reflexivos llevan a buscar respuestas a la pregunta fundamental que todos nos hacemos desde milenios: ¿Quiénes somos? Intentamos descubrirnos a nosotros mismos. El ambiente adecuado para la auto-reflexión ha de buscarse en el mundo interior.
Nos referimos como mundo interior al ambiente que emerge cuando la mente NO USA LOS CINCO ÓRGANOS DE LOS SENTIDOS. Cuando vista, oído, olfato, gusto y tacto se desconectan, entonces nos vemos catapultados al exclusivo mundo de la mente. En este universo cognitivo la realidad externa desaparece, dando pie al nacimiento de la percepción interior, al encuentro de la memoria y los recuerdos en toda su infinidad de atributos.

外部瞑想 GAIBU MEISŌ. MEDITACIÓN EXTERNA.
Meditación Exterior (Externa, del objeto, o activa). Se refiere a un tipo de práctica cuya tipología psicológica envuelve a un individuo que se expresa frecuentemente a través de la acción, y que es impelido a reaccionar ante el mundo realizando constantemente acciones mentales y físicas inmensamente variadas. Estamos acostumbrados a reaccionar al movimiento con más movimiento y ante la presencia de una meta surgen la voluntad y el esfuerzo mental acompañados de la tensión física.
En una actividad, como por ejemplo el Arte Marcial, donde el practicante posee cierta destreza, podrá realizar la acción mientras, a la vez, lleva en conjunto mente y cuerpo a buen término de la experiencia. Puede pasar poco o mucho tiempo realizando un ejercicio o sesión y, sin embargo, la cadencia de dicha actividad no lleva a producir trastornos ni roces psicológicos. Practicar un arte marcial lleva, mientras está completamente absorto en él, no solamente a un bienestar físico sino también a un espacio interior de quietud, donde la mente funciona sin esfuerzo y completamente direccionada a la realización de la actividad física del momento.

La meditación externa, también es conocida en algunos entornos, como por ejemplo en las artes de salud y marciales, como “meditación activa” y a menudo podemos encontrarnos con el término SEIKŌ (静功) como referente de este tipo de meditación.

静功SEIKŌ (JIN GONG): MEDITACIÓN ACTIVA.
SEI (静): Translingual: calma, tranquila, silenciosa. Fija, todavía, inmóvil. Suave, sereno. Chino: Jing (靜) Tranquila, carente de ruido. Todavía; inmóvil. Japonés: せい (SEI): Calma, tranquila, silenciosa.

(功): Translingual: logro, el mérito, el buen resultado. Chino: 功Gōng; Poder, potencia, energía, facultad. Japonés: 功: こう, kō): un éxito, un gran logro.

SEIKŌ (静功): Se entiende como meditación. Pero también como meditación activa o externa, esto es, con la constancia de los cinco sentidos.
En la tradición china, Seikō se pronuncia como “Jing Gong” y se dice que es la terapia de Qigong (Chi-kung o Kikô en japonés), es parte de la potencia dinámica con un tipo de esfuerzo relativo, en el exterior de la forma. Se practica manteniendo una postura inmóvil: con las manos cogidas, las piernas cruzadas y los párpados caídos… o bien de pie manteniendo una postura “de estructura” inmóvil igualmente; a diferencia del baile o movimiento contrastado en la práctica o boxeo marcial.

Esta meditación activa, es denominada dentro de las disciplinas de salud o de las artes marciales como “Potencia estática”: otra interpretación usual de Seikō.
En general esta “potencia estática”, puede mejorar la eficacia del trato y atención del trabajo a realizar con movimientos; Para ser justos, no debe de existir una confusión o complejo entre el trabajo o desarrollo de la “potencia dinámica” y el de la “potencia estática” o método Seikō
Para la práctica preliminar del Seikō, la persona debe comenzar trabajando el movimiento, la dinámica, para después progresivamente acceder a la etapa u etapas estáticas.

静功座法 SEIKŌZAHŌ. MÉTODO BÁSICO DE MEDITACIÓN ACTIVA.

Seikōzahō en el Nanbudō, es un método donde se conjugan determinados ejercicios de gimnasia, respiratorios y de meditación activa… donde los conceptos cuerpo-mente-espíritu alcanzan una gran unidad (sanni ittai) cuya meta es alcanzar un estado de “no-dualidad” a través de la vía de la “atención al objeto”, de la actividad consciente y con plena intervención sensorial.
En el Seikōzahō, el Nanbudō, pone en acción el aspecto energético, puesto que estamos ante la práctica de ejercicios de creación de energía interna por medio de esta meditación activa que producen o favorecen para la adquisición de un ánimo de decisión corporal, espiritual y de acción.

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