RENSHI d’ARO.

Caminando, caminando, 
nos negamos a pensar que vamos camino de nada, 
cuando apenas esto no ha hecho sino empezar.

Con frecuencia la vida marca la lógica de las tendencias que nos llevan al buen puerto, no es este andar un camino rosas pues el tallo lleno de espinas está, pero perseverando en verdad avanzamos paso a paso y dejamos atrás el roquedal, no más eriales, ahora toca disfrutar del vergel.
El mundo del Budo, a menudo, suele fundirse con una realidad histórica que nos cuesta reconocer no por irreal, que más bien por dejadez, pero eso no oculta una didáctica interesante a tener en cuenta.
Constantemente el Budo hace similitudes con teorías como las del Yin-Yang y su evolución hacia la del Gobai (Cinco Elementos) y en esta línea de filosofía, muchas Artes Marciales desembocan en el Shuhari.
Caminando, caminando voy buscando libertad, 
ojala encuentre camino para seguir caminando.

El ingeniero R. Yohalmo, en una conferencia sobre “Shuhari y la Innovación Gerencial”, venía a decir que: los países más innovadores del mundo como Japón, Suiza, Alemania, USA, etc., son primeras potencias mundiales, porque quienes toman las decisiones o aconsejan sobre ello, pasan todo el tiempo aprendiendo. Y el mismo proceder toman las grandes empresas de esos países, sobre todo en Japón.
Pero también hay ejemplos en sentido contrario. Existen países o empresas donde no se es proclive al aprendizaje y rechazan el conocimiento. Muchos gerentes o directivos adquieren el “Síndrome de la Taza Llena” en cuyas mentes es imposible introducir ningún dato más pues ya lo saben todo. En ellos se suele mostrar la arrogancia y la autovaloración, olvidando que el primer requisito para aprender es la humildad. Esta humildad está en escasez en esos directivos o gerentes, cuyas empresas o países están punteadas muy bajas en innovación, precisamente por ignorancia, soberbia y arrogancia.
Abro la ventana y dejo que el sol alumbre 
por todos los rincones de mi casa: miro hacia fuera… 
nuestra vida no ha sido hecha para rodearla de sombras y tristezas.

Maestros del Aikido, Shorinji kenpo, Wushu chino, entre otras, nos vienen a decir que cuando aprendemos o nos entrenamos en algo pasamos a través de las etapas Shu-Ha-Ri. 
En SHU (en chino DI o Tierra) se repiten las formas y nos disciplinamos para que nuestros cuerpos absorban las formas (kata) que nuestros antecesores crearon, siendo fieles a éstas sin desviación… estamos en los momento de grados “kyu”. 
HA (en chino REN u hombre) es el momento, la etapa que partiendo del “ente disciplinado” progresa para adquirir las formas y los movimientos: se practican innovaciones, se estudian otros métodos o ideas para enriquecer los propios, respetando lo estándar, pero pudiendo “romper o prescindir” en momentos dados de cara al progreso… este es el momento del Cinto Negro y primeros niveles “dan”. 
RI (en chino TIAN o cielo) es la liberación de la persona, la práctica de lo estándar ha enriquecido al practicante lo suficiente como para librarse de la forma y abrir la puerta a la técnica creativa, nuestro corazón, nuestra mente nos lleva sin límites más allá de las leyes, sin por ello romper la filosofía de la Escuela, sino todo lo contrario: acrecentándola desde el florecimiento propio del individuo, aportando… no hay pensamiento consciente, el movimiento fluye y se mueve como en el Gobai o en los Cinco Elementos, quienes saben llegar aquí, son quienes alcanzan la Maestría.
Aprieto firme mi mano y hundo el arado en la tierra, 
hace años que llevo en ella… pero no estoy agotado… 
pero no estoy agotado, ¡no estoy agotado!

En el Budo japonés, como el Karate por ejemplo, ShuHaRi se entiende por el sinónimo Shoden, Chuden y Okuden del Bunkai, en relación con la forma o Kata y el Randori (se puede ampliar detalles en el artículo de Koryubudo: “BUNKAI.  分解. ESTUDIO SOBRE EL BUNKAI: EL PROGRESO DE LA TÉCNICA”) donde es posible apreciar la estrecha relación con la filosofía ShuHaRi. 
 
Es difícil encontrar en la sombra claridad, 
cuando el sol que nos alumbra descolora la verdad…

SERGIO MEDINA SALAS, nuestro Sensei, siempre se ha mostrado muy cuidadoso, en mi opinión hasta meticuloso a veces, con respetar las formas oficiales en toda técnica del Nanbudo. No para de corregir o insistir en el alumno la correcta ejecución en cada acción ya sea en Kata, Randori o Sotai Randori. Pero no por ello ha desistido nunca en inculcar que “ejecutar” una técnica correctamente es sólo el primer paso del aprendizaje: es necesario “comprenderla” y “sentir” su concepto.
Todo este proceso de labor didáctica que transmite tiene un elevado precio: la casi totalidad de su vida transcurre entre la familia y el continuar aprendiendo. Aprender y enseñar para desaprender y digamos “desenseñar”.
Mientras vuelan las mariposas y cantan los grillos, 
la piel se me pone negra y el sol brilla, brilla y brilla; 
el sudor me hace surcos mientras yo hago surcos a la tierra sin parar.

De los maestros que he tenido sólo él, Sergio, ha sabido hacerme ver donde está mi sitio y mi hacer. Siempre he oído, e incluso yo mismo he proclamado que el Nanbudo es un Arte que se adapta a la persona y viceversa. Toda mi vida he tenido que estar continuamente tratando de adaptarme al Nanbudo y he luchado hasta donde he podido llegar… y hasta me ha tocado desistir. Nunca hasta hace dos o tres años ya, he sentido que el Nanbudo, o el Karate… se adaptasen a mí. Pero él me ha ayudado a transcender, a sentir los efectos o consecuencias de la técnica en un medio o forma distinta en que se produce normalmente: el camino del Shuhari. Y sí, el Nanbudo o el Karate pueden adaptarse a mí.
Afirmo bien la esperanza cuando pienso en la otra estrella, 
nunca es tarde, dice ella, la paloma volará. 
Y en la tarde cuando vuelvo, en el cielo apareciendo una estrella, 
nunca es tarde me dice ella… la paloma volará, volará, volará…

Pues bien, nuestro Sensei Sergio, ha visto reconocida su trayectoria y buen hacer al serle concedido el grado de 7º Dan de Nanbudo de manos de Doshu Soke Yoshinao Nanbu, fundador del Nanbudo: Arte Marcial y Arte de Vida. Nuestra alegría y sentimientos son máximos. La emoción embarga, cuando situado tras él, uno a uno fue siendo felicitado por todos los asistentes al Curso: unas felicitaciones igualmente cargadas de sinceridad y sentimiento. El mismo me comentaba después: las múltiples muestras de afecto recibidas me han emocionado, este apoyo recibido será difícil de olvidar… posiblemente han sido unos momentos, quizás los únicos en los que no “podía hablar”…
Ya ves, no basta nacer, crecer, amar… 
para encontrar la felicidad. 
Pasó lo más cruel, ahora tus ojos se llenan de luz, 
y tus manos de miel, y tus manos de miel… tus manos de miel.

Felicidades Renshi d’Aro, felicidades. Todos tus alumnos, todos los que estamos contigo hacemos de aquel momento, nuestro momento. Quienes estamos contigo, sencillamente: te queremos. Sigue adelante, no des un paso atrás ni para tomar carrerilla, continúa aprendiendo para que podamos desaprender. Lucha contra esa cadera que siempre pita por los aeropuertos. Sigue. En esta Ínsula Cinqueña y por “todo lo largo y ancho de este mundo” continúa tu misión didáctica: Estamos contigo, detrás de ti…

Como yugo de apretado tengo el puño esperanzado, 
porque todo cambiará… 
¿Cuánto tiempo estoy llegando? ¿Desde cuándo me habré ido? 
Cuanto tiempo caminando, desde cuando caminando… 
Caminando, caminando, caminando… ¡Caminando!

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