RELACIÓN ENTRE HYAKUHACHI NO BONNÔ Y CIERTOS KATA. PARTE I.

1. 百八の煩悩. HYAKUHACHI NO BONNÔ.

Últimamente, en ciertos entornos del Budo, sobre todo en algunos Dojo de Karate o de Nanbudo se viene realizando una sesión especial coincidiendo con el último día de entrenamiento del año.
En esta sesión, siguiendo el ejemplo de la tradición nippona para despedir el año con sus 108 campanadas de los templos, suelen realizarse ciertos ejercicios, técnicas, consignas marciales o conceptos que son repetidos 108 veces.

Pero ¿Por qué 108 veces?
Al practicar un arte marcial, deporte o cualquier actividad física o cultural es lógico que sentir admiración hacia el país o lugar de donde esa actividad es natural. El Karate o el Nanbudo, por ejemplo, están relacionados con Japón y en este sentido resulta normal que sus practicantes sientan curiosidad o admiración por la cultura y tradiciones japonesas.

Las 108 veces que se hace sonar la campana en los templos para celebrar la finalización del año viejo (8 de ellas) y el comienzo del nuevo (100 campanadas) tienen connotaciones budistas, se trata del “Hyakuhachi no bonnô” que se traduce como “las 108 impurezas” o “108 oprobios”.

¿Cómo celebran los japoneses el fin de año?
Muy resumidamente, antiguamente el inicio del año coincidía con el calendario chino, a principios de primavera. Pero desde 1873 empezó a celebrarse según el calendario gregoriano, esto es el 1 de enero. Esta fiesta suele durar entre 3 ó 4 días dedicados a estar con la familia. El último día del año se realiza el “Osoji” o limpieza general de la casa que simboliza la purificación física y espiritual de la suciedad acumulada durante el año: así se expulsa en parte la mala suerte, dejando la claridad y serenidad para el año que entra. Se decora la entrada de la casa con ramas de pino (“Kadomatsu”). El “Osechi Ryori” es el menú que disfrutan las familias el 1 de enero. Después de la cena del 31 de diciembre, al igual que en occidente se toman las uvas oyendo las 12 campanadas… en Japón escuchan el “Joya no Kane” que son 108 campanadas que hacen sonar en los templos budistas: estas campanadas liberan de los 108 peores pecados o deseos mundanos que causan el sufrimiento en el hombre según la doctrina budista.

Significado
Hyakuhachi (百八) corresponde al número 108 en japonés. Mientras que Bonnô (煩悩) hace referencia a los “deseos mundanos”. Bonnô suele traducirse al inglés como “defilement” queriendo indicar algo como “desfloración” en el sentido de estar contaminado, de mancillar, de estar manchado física a moralmente: deshonra, el antónimo a la virtud... la impureza, el oprobio.
Pero Bonnô desde el japonés también se presenta como un sentir budista, donde se descubre el sufrimiento y el engaño contaminante a causa de pensamientos tales como la codicia, el odio, el ego, la envidia… etc. 

Profundizando en el Hyakuhachi no bonnô.
En el continente asiático existe cierta predilección a la hora de encarnar conceptos profundos. Los oprobios, las impurezas que nos rodean, que nos acompañan en la vida cotidiana, en las cosas ordinarias… forman parte de estas predilecciones. Profundos significados internos pueden ser capturados en las formas mundanas, en las formas exteriores. Estos oprobios o impurezas forman el concepto “108 no bonnô”.

La simbología siempre ha formado parte o estado presente a lo largo de la historia de la humanidad. El budismo es una creencia o religión muy extendida en oriente y por lo tanto es natural que su mensaje, ideología o simbología forme parte o esté presente en la vida de sus moradores. 
Podemos encontrar la simbología de las “108 impurezas” en distintas formas como en algunos sacerdotes Zen que desgastan el “juzu”, una clase de pulsera, a modo y uso del rosario cristiano, que portan alrededor de sus muñecas que consta de 108 bolas, mientras murmuran sus mantras o rezan sus oraciones.

Otro símbolo es, los 108 golpeos de la gran campana en los templos budistas que se realizan, en la actualidad, el 21 de diciembre y la noche de Año Nuevo (Kagamai Baraki) para representar la eliminación de las citadas “Impurezas”. Además, una de las características de las grandes campanas del templo, un área llamada el “chinomachi”, consiste en un arreglo de 108 nudos o perillas.

Estas campanadas, se hacen ahora, porque antaño lo rutinario en los templos era tocar 108 veces la campana del templo a la entrada de noche y al amanecer… algo así como los toques de corneta para “Silencio” y “Diana” en algunos ejércitos occidentales.

En algunas escuelas del budismo creen en que hay 108 sentimientos, cifra a la que se llega multiplicando los 6 sentidos (vista, oído, tacto, olfato, gusto y mente) por 3 resultados de conciencia (si son dolorosos, agradables, neutros o, si se ha sentido feliz, infeliz o indiferente al momento) y de nuevo por 2 tipos de espíritu (puro o impuro al momento o, si estos se generan interna o externamente) y se multiplica otra vez por 3 tiempos (el pasado, presente y futuro): 6x3x2x3=108. Cada uno de estos sentimientos representa a las tentaciones terrenales que una persona debe superar para alcanzar el nirvana. 

El número 108 es uno de los números mitológicos más usados en distintas culturas orientales, como el 3, el 5, el 7, el 12 y el 13. Al ser múltiplo de 9 y del 12 se puede decir que se trata, según creencias, de un número cósmico y universal.
108 también puede tener relación con las 108 estrellas sagradas chinas (36 buenas y 72 malas) que hacen referencia al bien y el mal en diversas formas. También se relaciona con los 108 escalones que muchos templos budistas tienen.
Existen varias formas de agrupar a esos 108 espíritus malignos o impurezas: 4 tipos de pasiones (rabia, orgullo, falsedad, avidez o ambición), 3 tipos de desenvolvimiento (hacerlo solo, acompañado o soportar que los demás lo hagan) y 3 estados o campos (intención, preparación y actuación): 4x3x3x3=108.

Por otra parte, los pecados budistas están subdivididos en 9 grupos de 11, más 9 pecados especiales. Los 11 pecados son siempre los mismos en cada grupo. Los 9 grupos serían las diferentes aéreas de la vida, por lo que un pecado puede ser aplicado a circunstancias diversas: 9x11+9=108.

Hyakuhachi no bonnô y los 108 escalones de ciertos templos budistas.
Ciertos templos budistas, algunos de ellos importantes, suelen tener 108 escalones para acceder a ellos. Cada uno de esos escalones hacen referencia a cada una de esas 108 impurezas que el ser humano debe superar para llegar al final de su camino en busca de la iluminación.

Cada uno de esos escalones o pasos significan un claro mensaje o una visión para que el mundo lo vea. Dependiendo del terreno esos 108 escalones que llevan hasta el templo budista pueden tener varios tramos o vuelos: pueden encontrarse un solo tramo 108 escalones, o de  3 tramos de 36, o 2 de 54. Pero siempre suman 108, porque los “108 oprobios o impurezas” es un concepto reconocido por las principales escuelas budistas; ya que estas faltas o manchas causan sufrimiento en la persona afectando tanto al cuerpo como a la mente, llevándola hacia el pecado, el delito o la maldad.

Todas estas 108 impurezas se ubican en los “Tres Reinos”: 36 de ellas forman parte del reino del Deseo: 32 oprobios se curan a través del conocimiento de las “Cuatro Nobles Verdades” y las otras 4 con la meditación; los otros dos reinos, el reino de la Forma (defectos corporales, del cuerpo) y el reino de lo Informe (defectos del espíritu o del alma) comprenden cada uno 31 impurezas a superar. Los tres reinos suman 98 impurezas… las otras 10 se consideran secundarias: 36 (32+4) + 31 + 31 + 10 = 108.

En cada uno de esos 108 escalones que vamos ascendiendo, simbólicamente una impureza es eliminada. A medida que se asciende y se vencen oprobios la persona, el buscador de la verdadera naturaleza va viéndola más clara y se encuentra cada vez menos abatido. Cuando se consigue llegar al final, al templo, a través del Shugyo (la austera transcendencia del cuerpo) uno está listo para entrar en el estado de la iluminación. Cada uno de esos escalones subidos, es en si mismo un poderoso símbolo de lucha.




亀. Kame
Carmelo Marco

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